Edición Eternidad.

Rechacemos la vanagloria

No hagan nada por contienda o por vanagloria. Al contrario, háganlo con humildad y considerando cada uno a los demás como superiores a sí mismo.
Filipenses 2:3 (RV1960)

Cambiador del Mundo: La vanagloria es otro de los ataques preferidos y más consistentes que realiza el mundo de las tinieblas en contra de los hijos de Dios. Por cuanto el príncipe de este mundo es el promotor de incitar a todos a buscar la vanagloria y ponerla por encima de las promesas de Dios, pero como cristianos sabemos que nuestra prioridad es vivir con humildad y siguiendo las huellas de Cristo.
También aprendamos hoy que la vanagloria es la presunción de una persona respecto a sus acciones o al valor que se auto adjudica, lo cual delante de Dios es pecado, porque sabemos que todo lo que somos, hacemos y tenemos proviene de su amor y gracia sobre nuestras vidas. Como el Apóstol Pablo dijo: soy lo que soy por la gracia de Dios (1 Corintios 15:10).
Por lo tanto, nada debemos de hacer por presunción, sino como se nos enseña en la Biblia, actuemos con humildad y miremos a nuestro prójimo como superiores a nosotros mismos y no vivamos mirando solamente lo nuestro, sino también ayudando a otros a alcanzar la bendición de Dios.
Cristo es el mejor ejemplo de negarnos a nosotros mismos, pues no estimó el ser igual a Dios como algo a qué aferrarse, sino que con humildad se despojó de su deidad, tomó forma de siervo, se hizo semejante a los hombres y se humilló hasta la muerte en la cruz (Filipenses 2:3-8).
Dios exalta al que se humilla y Dios humilla al que se exalta, por lo tanto, que todo lo que nosotros hagamos le dé siempre la gloria a Dios y no al hombre.
*Que la gracia de Dios nos permita cumplir este llamado, porque estamos rumbo a la vida eterna, al lugar donde serán los aplausos y el verdadero reconocimiento para los que reciban a Jesús como su Salvador, su esperanza de gloria y su victoria para cambiar el mundo (Romanos 10:8-13, Colosenses 1:27, 1 Corintios 15:10, 57). Aleluya.
*Eternidad.

Eternity Edition.

Let us reject vainglory

Let nothing be done through selfish ambition or conceit, but in lowliness of mind let each esteem others better than himself.
Philippians 2:3 (NKJV)

World Changer: Vainglory is another of the preferred attacks and more consistent than the world of darkness does against the children of God. Since the prince of this world is the promoter of inciting everyone to seek vainglory and put it above the promises of God, but as Christians we know that our priority is to live with humility and following in the footsteps of Christ.
Let us also learn today that the vainglory is the presumption of a person referring to his or her actions or to the self-awarded value, which before God is a sin because we know that everything we are, do and have comes from his love and grace over our lives. As the Apostle Paul said: I am what I am by the grace of God (1 Corinthians 15:10).
Therefore, we should not do anything by presumption, but as we are taught in the Bible, let us act with humility and look at our neighbor as superior to ourselves and do not live looking only at our own, but also helping others to achieve God’s blessing.
Christ is the best example of denying ourselves, for he did not estimate being equal to God as something to cling to, but with humility emptied himself of his deity, took the form of a servant, became like men and humbled himself to death on the cross (Philippians 2:3- 8).
God exalts the one who humbles himself and God humbles the one who exalts himself, therefore, that everything we do always give glory to God and not to man.
*May God’s grace allows us to fulfill this call because on our way to eternal life, to the place where the applause and true recognition will be for those who receive Jesus as their Savior, their hope of glory and their victory to change the world (Romans 10:8-13, Colossians 1:27, 1 Corinthians 15:10, 57). Hallelujah.
*Eternity.