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Edición Eternidad.

Nuestra vida en Cristo impactará nuestra conducta

Porque ustedes ya han muerto, y su vida está escondida con Cristo en Dios. Colosenses 3:3 (RVC)

Cambiador del Mundo: Cuando nos convertimos en cristianos nacidos de nuevo, entendemos que ahora somos hijos de Dios y que tenemos un Padre Celestial que nos enseña día con día y va transformando nuestra conducta por su gracia.
Ahora los que estamos en Cristo ya no vivimos como antes cuando no lo conocíamos y por supuesto cuando tampoco sabíamos que éramos hijos de Dios.
Nuestra antigua manera de vivir que estaba saturada por el pecado, nos impedía acercarnos a Dios, pero además de todo esto, nuestra falta de identidad nos dejaba siempre en una condición de frustración, impotencia, amargura, y solamente cuando Cristo entró a nuestro corazón todo esto empezó a cambiar y comenzamos a tener la paz de Dios y la plenitud de su gozo.
Es necesario que nosotros aceptemos los procesos de santificación que Dios permite en los que son llamados hijos suyos y mientras más pacientes seamos, el Señor purificará nuestro espíritu por su gracia y empezaremos a disfrutar de una vida nueva en Cristo.
*Cuando recibimos a Jesús en nuestro corazón, empezamos nuestra carrera como hijos amados de Dios y nada ni nadie debe detenernos porque está en juego nuestra eternidad con Dios Padre en los cielos (2 Timoteo capítulo 4).
Es un privilegio haber sido predestinados y escogidos para ser adoptados y convertirnos en hijos de Dios (Juan 1:12, Romanos capítulos 8 y Efesios capítulos 1 y 2).
Cuando nos identificamos como hijos de Dios, Dios mismo quiere librarnos de la destrucción y aflicción del pecado, pero es necesario que nos mantengamos firmes durante el proceso que Él realiza, cuanto más si le pedimos que queremos consagrarnos a Él y somos parte de su llamado para el ministerio, que es lo que nos identifica sin palabras como hijos de Dios.
Hoy es tu día de empezar a ser hijo de Dios si le pides a Jesús que sea tu Salvador, tu esperanza de gloria y tu victoria para cambiar el mundo (Romanos 10:8-13, Colosenses 1:27, 1 Corintios 15:10, 57). Aleluya.
*Eternidad.

Eternity Edition.

Our lives in Christ will impact our behaviour

For you died, and your life is hidden with Christ in God.
Colossians 3:3 (NKJV)

World Changer: When we become born again christians, we understand that now we are God’s children and we have a Heavenly Father that teaches us day by day and transforming our behaviour by his grace.
Now, the ones that are in Christ, we don’t live like before when we didn’t know him and of course when we did not know that we were children of God either.
Our old way of living, which was saturated with sin, prevented us from getting closer to God but in addition to all this, our lack of identity always left us in a condition of frustration, impotence, bitterness, and only when Christ entered our hearts all this began to change and we began to have the peace of God and the fullness of his joy.
It is necessary that we accept the process of sanctification that God allows on the ones that are called his children and the more patient we are, the Lord will purify our spirit by his grace and we will begin to enjoy a new life in Christ.
*When we receive Jesus in our hearts we start our race as beloved children of God and nothing and no one should stop us because our eternity with God the Father in heaven is at stake (2 Timothy chapter 4).
It is a privilege to have been predestined and chosen to be adopted and become children of God (John 1:12, Romans chapters 8 and Ephesians chapters 1 and 2).
When we identify ourselves as God’s children, God himself wants to free us from destruction and affliction of sin but it is necessary that we keep firm throughout the process that He does, how much more if we ask him that we want to consacrate ourselves to Him and we are part of his call for the ministry which identifies us without words as God’s children.
Today is your day to start being a child of God if you ask Jesus to be your Savior, your hope of glory and your victory to change the world (Romans 10:8-13, Colossians 1:27, 1 Corinthians 15:10 , 57). Hallelujah.
*Eternity.