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Edición Gracia

Rompiendo nuestro frasco de alabastro.

Entonces María, tomando una libra de perfume de nardo puro que costaba mucho, ungió los pies de Jesús, y se los secó con los cabellos, y la casa se llenó con la fragancia del perfume.
Juan 12:3 (LBLA)

Cambiador del Mundo: Unos días antes de la pascua, Jesús vino a Betania a ver a Lázaro al que había resucitado de los muertos, y Jesús participó de una cena donde fue atendido por Martha hermana de Lázaro y de María. En un momento dado en la cena, María tomó su perfume que por cierto era de mucho valor, algo similar a un año de salario de un soldado, y ungió los pies de Jesús y los enjuagaba y secaba con sus cabellos y todo el lugar fue invadido por ese grato perfume.
Eso causó recelo entre algunos de sus discípulos entre ellos Judas Iscariote el que le había de entregar.
*Nosotros también los hijos de Dios que hemos nacido de nuevo, debemos imitar esta acción de María, y romper nuestro perfume de alabastro que es nuestra propia vida y ponerla a los pies de Jesús y de la cruz del calvario, pidiéndole un corazón quebrantado, manso y humilde, dispuesto como una vasija limpia y vacía para que pueda ser llenada por Su Espíritu Santo, a fin de que nuestra vida en Cristo y por Su gracia, nunca más vuelva a ser la misma a partir del día que decidamos rendirnos totalmente a El.
Nuestro testimonio deberá ser como el grato perfume de nardo puro con el que fue ungido Jesús, pretendiendo con esto, que nuestra vida hable más alto que nuestras palabras y las personas puedan percibir en nosotros la fragancia de Cristo.
En esta historia de María nadie más lo pudo ungir después de su crucifixión, así que ella fue la única que gozó de ese privilegio (Juan 12:1-7).
Hoy es el día de que tu también te entregues a Cristo y seas salvo (Romanos 10:8-13).
Cristo en nosotros nuestra esperanza de gloria y victoria que cambia el mundo (Colosenses 1:27, 1 Corintios 15:10, 57). Aleluya.
*Gracia.

Grace Edition.

Breaking our alabaster jar

Then Mary took about a pint of pure nard, an expensive perfume; she poured it on Jesus’ feet and wiped his feet with her hair. And the house was filled with the fragrance of the perfume. John 12:3 (NIV)

World Changer: A few days before passover, Jesus came to Bethany to see Lazarus whom He had raised from the dead, and Jesus participated in a dinner where He was attended by Martha, sister of Lazarus and Mary. At one point at dinner, Mary took her perfume, which by the way was very valuable, something like a year’s salary for a soldier, and anointed Jesus’ feet and rinsed and dried them with her hair and the whole place was invaded by that pleasant perfume.
This caused suspicion among some of His disciples, including Judas Iscariot, the one who was to deliver Him.
*We, God’s children that have been born again, must imitate this action of Mary and break our alabaster perfume which is our own lives and place it to Jesus’s feet and the cross of Calvary, asking for a broken heart, meek and humble, ready as a clean and empty vessel so that it can be filled by His Holy Spirit, so that our life in Christ and by His grace, will never be the same again from the day we decide to surrender totally to Him.
Our testimony will be like the pleasant perfume of pure nard with which Jesus was anointed, pretending with this that our life speaks louder than our words and people can perceive in us the fragrance of Christ.
In this story of Mary no one else was able to anoint Him after His crucifixion, so she was the only one who enjoyed that privilege (John 12:1-7).
Today is the day that you too surrender to Christ and be saved (Romans 10:8-13).
Christ in us our world-changing hope of glory and victory (Colossians 1:27, 1 Corinthians 15:10, 57). Hallelujah.
*Grace.