Allí haré surgir el poder de David; he preparado una lámpara para mi ungido. A sus enemigos cubriré de vergüenza, más sobre él resplandecerá su corona.

Salmos 132:17-18 (LBLA)

Cambiador del Mundo: Podemos poner nuestro nombre en estas dos promesas que Dios hace sobre el Rey David, sabiendo que no hay acepción de personas para El y que todo lo que promete en Su Palabra es para Sus hijos que le buscan en Espíritu y en Verdad. Hasta que nosotros venimos a Cristo, es que empezamos a entender que fuimos apartados desde el vientre de nuestra madre, para ser Sus siervos (Jeremías 1:4-5) pero tristemente en la gran mayoría de nosotros, nuestra conversión fue después de un quebranto y mayormente después de muchos años en los que Dios nos estaba llamando pero no abríamos la puerta de nuestro corazón. En los Salmos tenemos también muchas escrituras que nos dan entrada a todas las bienaventuranzas que Dios concede a quienes rinden su vida a Él. Bienaventurados los perfectos (maduros) en su caminar. Los que andan en la Palabra de Dios (Salmos 1:1-3). Bienaventurados los que guardan sus testimonios y con todo el corazón le buscan pues no hacen iniquidad los que caminan en Tu propósito (Salmos 119:1-3). Antes que fuera yo humillado, descarriado andaba; mas ahora guardo tu Palabra. Bueno eres Tu y bondadoso por lo tanto enséñame Tus estatutos (Salmos 119:67-68). Como esta promesa de bendición así hay muchas en las Escrituras y por eso es necesario que nosotros tengamos hambre y sed de Dios para no seguir en nuestro propio consejo, ni batallando con las falsas promesas del mundo. Solamente Cristo en nosotros es nuestra esperanza de gloria y el único que nos puede hacer aptos para toda buena obra porque no hay otra manera de poder cambiar el mundo y hacer que se levanten verdaderos siervos, que sean discípulos e hijos de Dios, (Colosenses 1:26-27, Hebreos 13:20-21, Mateo 28:19-20 ). Aleluya.

There I will make the horn of David grow; I will prepare a lamp for My Anointed. His enemies I will clothe with shame, But upon Himself His crown shall flourish.»

Psalms 132:17-18

World Changer: We can put our names in these two promises that God does on King David, knowing that there is not an exclusion of people for Him and that everything He promises in His Word is for His children who seek Him in Spirit and in Truth.
Until we come to Christ it is that we begin to understand that we were set apart from our mother’s womb, to be His servants (Jeremiah 1: 4-5) but sadly in the vast majority of us, our conversion was after a breakdown and mostly after many years in which God was calling us but we did not open the door of our hearts.
In the Psalms, we also have many scriptures that give us an entrance to all the blessings that God gives to those that surrender his or her life to Him.
Blessed are the perfect (mature) in their walk. Those who walk in the Word of God (Psalm 1: 1-3). Blessed are those who keep His testimonies and seek Him with all their hearts, for those who walk in Your purpose do not do wrong (Psalm 119: 1-3).
Before I was humiliated, I went astray; but now I keep your Word. You are good and kind therefore teach me Your statutes (Psalm 119: 67-68).
Like this promise of blessing, there are many in the Scriptures and that is why it is necessary that we hunger and thirst for God so as not to follow our own advice, or fight with the false promises of the world.
Only Christ in us is our hope of glory and the only one who can make us fit for every good work because there is no other way to change the world and make true servants rise up, who are disciples and children of God, (Colossians 1 : 26-27, Hebrews 13: 20-21, Matthew 28: 19-20). Hallelujah