Vístanse de justicia tus sacerdotes; y canten con gozo tus santos. Por amor a David tu siervo, no hagas volver el rostro de tu ungido. El Señor ha jurado a David una verdad de la cual no se retractará: De tu descendencia pondré sobre tu trono.

Salmos 132:9-11 (NKJV)

Cambiador del Mundo: Dios nos ha vestido de justicia por medio de la salvación que tenemos en Cristo Jesús, pues en Él hemos sido librados del pecado y de la muerte eterna y al igual que el Rey David, tenemos la promesa de sentarnos a reinar con nuestro Padre Celestial. Cuando leemos el Antiguo Testamento podemos entender la cercanía e intimidad con la que Dios trataba con Sus siervos, con Sus escogidos, con todos aquellos que Él llamaba y venían a Él sin restricciones ni argumentos y servían al Altísimo hasta su último aliento aquí en la tierra. Esa misma promesa sigue vigente para todos nosotros los que hemos creído en Jesús y aún hay mayores promesas porque en Cristo se ha cumplido el pago de todos nuestros pecados, Él nos sustituyó en esa muerte de cruz y por Su resurrección de los muertos tenemos la promesa de la vida eterna para vivir en la Nueva Jerusalén celestial por siempre con Dios. El Apóstol Pablo en su carta a los Efesios, nos enseña que Dios nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales a través de Su Hijo Jesucristo y nos escogió en El, desde antes de la fundación del mundo, desde antes de haber nacido para que fuésemos santos y sin mancha delante de Él. Solamente fue por amor a nosotros que permitió que también nos predestinara para ser adoptados hijos Suyos por medio de Jesús según el puro afecto de Su voluntad para la alabanza de la gloria de Su gracia con la cual nos hizo aceptos en Su Hijo amado y por medio del cual fuimos librados por Su sangre y recibimos el perdón de todos nuestros pecados según las riquezas de Su gracia. Recibamos hoy en nuestro corazón estas palabras y demos gracias a Dios de que lo conocemos y le amamos (Efesios 1:1-14). Vamos a cambiar el mundo. Aleluya.

Let Your priests be clothed with righteousness, And let Your saints shout for joy.  For Your servant David’s sake, Do not turn away the face of Your Anointed. The Lord has sworn in truth to David; He will not turn from it: «I will set upon your throne the fruit of your body.

Psalms 132:9-11

World Changer: God has dressed us of justice through the salvation that we have in Christ Jesus because in Him we have been freed from sin and eternal death and just as King David, we have the promise to be seated to reign with our Heavenly Father.
When we read the Old Testament we can understand the closeness and intimacy with which God treated His servants, His chosen ones with all those He loved and came to Him without restrictions or arguments and they served the Most High until the last breath here on earth.
This same promise is still valid for all of us the ones that have believed in Jesus and there are more promises because in Christ has been fulfilled the payment of all our sins. He replaced us in that death on the cross and by His resurrection from the dead we have the promise of eternal life to live in the heavenly New Jerusalem forever with God.
Apostle Paul in his letter to the Ephesians teaches us that God blessed us with all spiritual blessing in the heavenly places through His Son Jesuschrist and He chose us in Him since the foundation of the world, from before we were born so that we would be holy and undefiled before Him. It was only out of love for us that He also allowed us to be predestined to be adopted His children through Jesus according to the pure affection of His will for the praise of the glory of His grace with which He accepted us in His beloved Son and through which we were delivered by His blood and received forgiveness of all our sins according to the riches of His grace.
Today, let us receive in our hearts these words and give thanks to God that we know Him and love Him (Ephesians 1:1-4). Let us change the world. Hallelujah.