Desde lo más profundo, oh Señor, he clamado a ti. ¡Señor, oye mi voz! Estén atentos tus oídos a la voz de mis súplicas. 

Salmos 130:1-2 (LBLA)

Cambiador del Mundo:
Que no sea nuestro clamor a Dios solamente cuando estemos enfrentando tiempos de angustia y necesidad porque eso no le agrada al Señor, porque Él quiere que en todo tiempo levantemos nuestro clamor a Dios y nos deleitemos en Su presencia (Salmos 1:1-3). Es indudable que a lo largo de nuestra vida vamos a atravesar por todo tipo de situaciones que servirán para formar nuestro carácter y nuestra fe en el Señor, por lo tanto, en cada momento tenemos que saber que Él está con nosotros y tener el mismo corazón que tuvo el Rey David, que era conforme al de Dios. Nosotros también al igual que David, debemos de glorificar Su Nombre de día y de noche, proclamar alabanzas y mostrarle nuestra gratitud por el regalo que nos hace de nuestra vida y la de nuestra familia. Esto muchas veces no lo pensamos, cuando las cosas están yendo bien, porque creemos que Dios está obligado a darnos todo aun a cambio de nuestra indiferencia hacia Él, hasta el día que el Señor permite una prueba entonces todos miran al cielo algunos para orar pero otros para reclamar, ¿por qué Dios permite esto o aquello? y esa es la gran equivocación que tenemos los seres humanos, que estamos perdidos en nuestro conocimiento de quién es el Todopoderoso. Pero hoy podemos detenernos y pedir perdón por tantas cosas que como seres humanos hemos hecho mal, incluyendo el haber permitido quitarle la vida a niños inocentes desde el vientre, porque esa sangre ha caído a tierra y no le es indiferente a Dios, esta es una plaga mucho peor de cualquier otra que hayamos enfrentado, porque diariamente esto está ocurriendo (Proverbios 6:17, Isaías 59:7). Que Dios permita que se nos quite la dureza de corazón y podamos entender que El da la vida y El la quita, y ningún ser humano tiene derecho a pensar que va a tomar el lugar de Dios y decidir quién vive y quién no. Quizá cuando nuestra actitud irreverente cambie, Dios mirará desde los cielos y sanará nuestra tierra, como lo promete en las Escrituras. Que Dios cambie nuestro corazón para poder cambiar el mundo. Aleluya.

A Song of Ascents. Out of the depths I have cried to You, O Lord; Lord, hear my voice! Let Your ears be attentive To the voice of my supplications. 

Psalms 130:1-2

World Changer: Let it not be our cry to God only when we are facing times of anguish and need because that does not please the Lord, because He wants us at all times to raise our cry to God and delight in His presence (Psalm 1: 1-3).

There is no doubt that throughout our lives we are going to go through all kinds of situations that will serve to form our character and our faith in the Lord, therefore, at every moment we have to know that He is with us and have the same heart that King David had, which was according to that of God. We, like David, must also glorify His Name day and night, proclaim praises and show Him our gratitude for the gift He gives us of our life and that of our family.
This many times we don’t think about it when things are going well because we believe that God is forced to give us everything even in exchange for our indifference towards Him, until the day that the Lord allows a trial so everyone looks to heaven some to pray but others to claim, why does God allow this or that? and that is the great mistake that we human beings have, that we are lost in our knowledge of who the Almighty is.
But today we can stop and ask forgiveness for so many things that as humans have done wrong including having allowed innocent children to be killed from the womb because that blood has fallen to the ground and is not indifferent to God, this is a plague much worse than any we have faced because this is happening daily (Proverbs 6: 17, Isaiah 59: 7).
May God allows the hardness of our hearts be removed and we understand that He gives life and He takes it away, and no human being has the right to think that he is going to take the place of God and decide who lives and who does not. Perhaps when our irreverent attitude changes, God will look down from heaven and heal our earth, as promised in the Scriptures. May God change our hearts so that we can change the world. Hallelujah.