En mi angustia clamé al Señor, y Él me respondió. Libra mi alma, Señor, de labios mentirosos, y de lengua engañosa.
Salmos 120:1-2 (LBLA)
Cambiador del Mundo: Como hijos de Dios disfrutamos de la bendición de estar guardados en el abrazo de nuestro Padre Celestial y Él es el que nos libra de la angustia y el que responde a nuestro clamor. Dios permite que nosotros vivamos dependiendo totalmente de Él y reconociendo que sin Él, no somos nada y no podríamos permanecer en nuestro caminar cristiano si no fuera por Su misericordia, amor y gracia. El Señor nos libra de los labios mentirosos que constantemente asecha nuestra relación con El y sabemos que el mundo siempre ofrecerá una salida falsa a nuestros problemas. El engaño es una constante realidad cuando estamos viviendo apartados del Altísimo y de Su Palabra la Santa Biblia. Empezar a depender y descansar en todas las promesas que recibimos a través de Jesús, es el mayor desafío que tendremos a partir de nuestra conversión, porque estábamos acostumbrados a tomar decisiones de manera solitaria y basándonos en nuestras emociones y experiencias, pero Dios quiere que decidamos nuestro rumbo, confiando en Su Palabra y por supuesto en El. Cuando nos convertimos en cristianos nacidos de nuevo y por cuanto nos hemos arrepentido, nuestra vida da un giro de 180º y esto en un principio es imposible de lograr y entender en nuestra propia fuerza. A partir del momento que Cristo entra a nuestro corazón, tenemos que dejar que El obre en nosotros, menguar al Yo, y permitir que El crezca en nosotros. Entonces el Espíritu Santo de Dios que empieza a habitar en un corazón convertido, transforma día a día todo los lo que nosotros éramos, y hace una obra nueva que no conocíamos y que sin Cristo nunca íbamos a poder hacer ni entender. El Apóstol Pablo dijo: Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas Cristo vive en mí, y lo que ahora vivo, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó así mismo por mí. Disfrutemos de esta promesa y que la excelencia de Jesús, habite en nosotros porque es nuestra única esperanza de poder cambiar el mundo (Gálatas 2:20, Colosenses 1:26-27). Aleluya.
A Song of Ascents. In my distress I cried to the Lord, And He heard me. Deliver my soul, O Lord, from lying lips And from a deceitful tongue.
Psalms 120:1-2 (NKJV)
World Changer: As children of God, we enjoy the blessing to be kept in the embrace of our Heavenly Father and He is the one who frees us from anguish and He answers to our cry. God allows that we live totally depending on Him and recognizing that without Him, we are nothing and could not remain in our Christian walk if it were not for His mercy, love, and grace. The Lord frees us from the lips that lie that constantly stalks our relationship with Him and we know that the world will always offer a false exit to our problems. Deception is a constant reality when we are living apart from the Most High and His Word the Holy Bible. To start to depend and rest in all the promises that we receive through Jesus is the major challenge we will have from our conversion because we were used to making decisions alone and based on our emotions and experiences, but God wants us to decide our course, trusting in His Word and of course in Him. When we convert in born again Christians and because we have repented, our lives have 180-degree turn and this is a beginning it is impossible to accomplish and understand in our own strength. From the moment Christ enters to our hearts, we have to allow Him to work in us, diminish the I, and allow Him to grow in us. Then the Holy Spirit of God who begins to dwell in a converted heart transforms every day what we were, and does a new work that we did not know and that without Christ we could never do or understand. The Apostle Paul said: With Christ, I am together crucified, and I no longer live, but Christ lives in me, and what I now live, I live in the faith of the Son of God, who loved me and gave Himself for me. Let us enjoy this promise and may the excellence of Jesus lives in us because He is the only hope to change the world (Galatians 2:20, Colossians 1:26-27). Hallelujah.
Devocionales Cristo en Nosotros 