Llegue mi clamor ante ti, Señor; conforme a tu palabra dame entendimiento. Llegue mi súplica delante de ti; líbrame conforme a tu palabra.

Salmos 119:169-170 (LBLA)

Cambiador del Mundo: Nuestro clamor siempre será escuchado por Dios cuando lo hacemos con un corazón contrito y humillado, que se ha entregado a Dios como lo hace un hijo a su padre. Dios es nuestro Padre y nos ama con un amor incomparable. Nuestra relación con Él, tiene que mantenerse tal cual nos lo enseñó nuestro Señor Jesucristo en el Evangelio de Mateo, cuando El habla de dar, orar, y ayunar, tres puntos básicos a los cuales un cristiano nacido de nuevo tiene que estar atento (Mateo 6:2-18). Cuando nos entregamos a Cristo tenemos que quitarnos de la mente, cualquier actitud religiosa que seguramente practicamos cuando estábamos en alguna religión. El mejor ejemplo de entregarnos es cuando María la hermana de Lázaro, derramó una libra de nardo puro y enjugó los pies del Señor con sus cabellos y la casa se llenó con el olor del perfume. Judas Iscariote criticó esa actitud y la Biblia explica que eso sucedió por su corazón pecador ya que él era ladrón y teniendo la bolsa del dinero, sustraía de lo que se echaba en ella. Pero Jesús intervino y pidió que dejaran a María hacer lo que estaba en su corazón y también señaló que donde se predicara el Evangelio se hablara de esto (Juan 12:1-8). Cuando hablamos de ser siervos de Dios, necesitamos entendimiento de la Palabra, para que nuestra oración llegue a los cielos. También debemos de derramarnos, de romper nuestro alabastro y que nuestras lágrimas laven los pies del Señor, (espiritualmente hablando), porque Dios no hace acepción de personas y al igual que se agradó de María, se agradará de nosotros, que hemos decidido vivir por Él y para Él. Que a donde lleguemos, perciban en nosotros la fragancia de Cristo y que inundemos el lugar con el amor del Señor. Vamos a cambiar el mundo. Aleluya.

Let my cry come before You, O Lord; Give me understanding according to Your word. Let my supplication come before You; Deliver me according to Your word.

Psalms 119:169-170 (NKJV)

World Changer: Our cry will always be heard by God when we do it with a contrite and humble heart, a heart that has delivered itself to God just as a son does it to his father. God is our Father and He loves us with aniIncomparable love. Our relationship with Him has to maintain just as our Lord Jesuschrist taught us in the Gospel of Mathew, when He speaks of giving, praying and fasting, three basic points to which a born-again Christian must be attentive (Matthew 6: 2-18). When we deliver ourselves to Christ we have to take off our minds from any religious attitude that for sure we practiced when we were in some religion. The best example of delivering ourselves is when Mary Lazarus’ sister, shed a pound of pure tuberose and wiped the feet of the Lord with her hair and the house was filled with the smell of perfume. Judas Iscariot criticized that attitude and the Bible explains that this happened because of his sinful heart since he was a thief and having the bag of money, subtracted from what was thrown into it. But Jesus intervened and asked to let Mary do what was in her heart and also pointed out that where the Gospel was preached, this was discussed (John 12: 1-8). When we talk about being servants of God, we need an understanding of the Word, so that our prayer reaches the heavens. We must also shed ourselves, break our alabaster and let our tears wash the feet of the Lord, (spiritually speaking) because God does not let out people and just as He was pleased with Mary, He will be pleased with us, who have decided to live for Him. When we arrive to any place, may the people perceive in us the fragrance of Christ and let us flood the place with the love of the Lord. Let’s change the world. Hallelujah.