Con liberalidad ha dado a los pobres; su justicia permanece para siempre; su poder será exaltado con honor. Lo verá el impío y se irritará; rechinará los dientes y se consumirá; el deseo de los impíos perecerá.

Salmos 112:9-10 (LBLA)

Cambiador del Mundo: Todo aquel que se ha entregado a Dios es generoso y un dador alegre, que nunca cerrará su mano a las necesidades de su prójimo, pues él sabe quién le ha dado la provisión y qué es lo que le agrada a Dios para hacer con sus bendiciones. Por otra parte, el impío se irritará crujirá los dientes y se consumirá por ver el favor del Todopoderoso sobre sus hijos amados, pero aun después de toda su iniquidad, Dios hará perecer el deseo de aquellos que caminan contrarios a Su Palabra. Nosotros tenemos que decidir a cuál de estos dos grupos vamos a pertenecer; si es a los generosos y bendecidos hijos del Altísimo, o a aquellos que viven para sí mismos en un carácter inmaduro y egoísta y que se equivocan al pensar que lo que tienen no le pertenece a Dios, sino que es de su propiedad y por lo tanto, no les place compartir ni ayudar a los necesitados. El carácter de un siervo de Dios, se certifica por tener un corazón generoso que pueda dar de comer al hambriento, de beber al sediento, de visitar al enfermo y aun a aquel que esté preso porque esto tiene gran recompensa delante del Señor y es Su perfecta voluntad, cuando nos declaramos hijos del Todopoderoso. Pero si somos de aquellos que nunca tuvimos carga por el hambriento, sediento, enfermo o preso, el Señor nos apartará a la izquierda y nos declarará cabritos y nunca tendremos oportunidad de ser perdonados si no nos arrepentimos (Mateo 25:31-45). Así es que hoy decidamos ser ovejas del Señor y derramemos nuestras vidas al servicio de nuestro prójimo, pues esto tendrá gran galardón en el cielo, porque todo lo que hacemos aquí en la tierra, será recompensado por Dios en la eternidad. Aleluya.

 He has dispersed abroad, He has given to the poor; His righteousness endures forever; His horn will be exalted with honor. The wicked will see it and be grieved; He will gnash his teeth and melt away; The desire of the wicked shall perish.

Psalms 112:9-10 (NKJV)

World Changer: All those that have delivered himself or herself to God are generous and cheerful givers, who will never close his or her hand to the needs of his or her neighbor, for he or she knows who has given him or her the provision and what it pleases God to do with His blessings. On the other hand, the wicked will be irritated, their teeth will crack and be consumed by seeing the Almighty’s favor over their beloved children, but even after all their iniquity, God will perish the desire of those who walk contrary to His Word. We have to decide which of the groups we want to belong to. If it is to the generous and blessed children of the Most High, or to those who live for themselves in an immature and selfish character and who is mistaken in thinking that what they have does not belong to God, but is their property and therefore they are not happy to share or help those in need.
The character of a servant of God is certified by having a generous heart that can feed the hungry, drink the thirsty, visit the sick and even the one who is imprisoned because this has great reward before the Lord and is His perfect will when we declare ourselves children of the Almighty. But if we are one of those who never had a burden for the hungry, thirsty, sick or imprisoned, the Lord will turn us to the left and declare us kids and we will never have a chance to be forgiven if we do not repent (Matthew 25: 31-45).
So today we decide to be sheep of the Lord and shed our lives in the service of our neighbor, for this will have great reward in heaven because everything we do here on earth will be rewarded by God in eternity. Hallelujah.