
El cielo esta claro, el horizonte se ve a lo lejos. El mar quieto, tan silencioso que todo pinta que será un excelente día para pescar. El sabe que no. Ha visto este paisaje y le es familiar. Podría asegurar lo que viene después. Da vuelta atrás. Todos dudan de la decisión más nadie lo cuestiona. Los años en el mar le han hecho ganarse el respeto de su tripulación, el cielo comienza a oscurecerse y en un santiamén se encuentran escapando de una tormenta que no parecía avecinarse, pero el sabía que venia. El esta preparado para luchar con esa situación, los años de experiencia le han dado el coraje y la valentía para arriesgar aún su propia vida para salvar a su tripulación y aunque la tormenta es recia encuentra la manera. Luchan juntos y en equipo.Una pequeña barca contra la tempestiva furia del mar. Después de unas horas de haber permanecido firmes en la tormenta da fruto. El barco y los pescadores están a salvo. Pescadores.
De todas las personas que pudieron haber sido elegidos para ser discípulos Jesús escogió a unos pescadores, hombres comunes y corrientes. Dios los eligió por un motivo, no fueron seguidores, fueron sus discípulos. El sabía que no se rendirían. Lucharían. Sabía que eran hombres pacientes, las horas en el mar les dio ese carácter. Esforzados, trabajaban hasta ver el amanecer. Ser fuerte era un requerimiento para ellos. Prudentes, de sus decisiones y acciones su vida y la de sus compañeros dependía de eso. Sabían trabajar en equipo, eran uno solo en el mar. Hombres valientes no cobardes. Vaya cualidades las que tiene un pescador, el señor vio algo más en ellos. Dejarían de ser pescadores comunes y se convertirían en pescadores de almas.
Siervos aguerridos, preparados para luchar y para dar la vida por nuestros hermanos, eso es lo que Dios busca de nosotros. Que sin importar la fuerza de la tormenta nos sostengamos de el tan fuerte y sin percatarnos el viento pase. Dios nos llama a ser pescadores de almas, nos llama a predicar su palabra y sacudir nuestra nación. El quiere que vayamos y cambiemos el mundo con su palabra.
Así como el señor vio algo en ese grupo de pescadores en el mar de Galilea así hoy el señor ha visto algo en ti y en mi que nos llama a ser pescadores de Dios que Cambian el Mundo.